Concibo el sentido de mis obras desde del juego de combinaciones simbólicas entre los distintos motivos y materiales que utilizo en cada caso específico, haciendo que estos funcionen como partes del engranaje de una idea.
Desde el comienzo de mi trayectoria artística la pintura ha sido mi principal medio de expresión. Me interesa el concepto de ilusión y me siento atraída por la capacidad ilusoria de la pintura y por las texturas de los soportes, especialmente las de la tela y el papel. Me resultan superficies intrigantes porque son extremadamente delgadas, flexibles y frágiles y sin embargo contienen la magnitud de una imagen. Encuentro muchas connotaciones metafóricas en estos materiales, hasta el punto que llegan a convertirse en una parte con significado propio dentro del concepto central de mis trabajos.
Extraigo el imaginario que utilizo de la recopilación de aquellos elementos que estimulan mi imaginación porque funcionan como símbolos. Me interesa que esos motivos puedan emular arquetipos, y que de la misma manera que desencadenan una serie de significados en mí puedan desencadenarlos en otras personas.
La atmósfera de mis obras es suave, borrosa o barrida. Utilizo este recurso porque quiero que haya una distancia entre el observador y la imagen, dando la impresión de que la imagen fuera sólo una ilusión, algo no físico y no real. También sugiere la sensación de desaparición, que es uno de los conceptos que me interesan.
Los temas sobre los que trabajo actualmente están centrados en mi interés por las contraposiciones establecidas entre la parte animal del ser humano y las convenciones culturales, en especial las que están relacionadas con la mecanización. Me cuestiono los beneficios de la complejidad de los sistemas técnicos y del modelo de progreso y redirijo la mirada a la naturaleza de los individuos. También reflexiono sobre la cohabitación del binomio hombre-máquina con el entorno.